mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

jueves, 22 de septiembre de 2011

COCADAS DE LA SEÑORITA ANA (o una mirada a la niñez)

Cuando nos demos cuenta
la vida habrá dejado de nosotros
una estación inédita
y un camino a mitad de la palabra.
Ayer me escribía un correo Fon. Me decía que si podía poner en el blog alguna receta facilina para que los niños de su clase la preparasen en casa, junto a sus mamás. Lo que yo quisiera, pero con la condición de que fuera sencilla de hacer... No me llevó ni un segundo elegirla: las cocadas de mi querida maestra, la señorita Ana.
La señorita Ana fue más que mi maestra, con ella, además de nuestra madre,  aprendí a darle valor a las cosas pequeñas, el placer de la lectura, el amor a la familia por encima de todo, la gracia de la amistad, el compromiso conmigo misma y hacia los demás para una vida honrada, el amor al trabajo.... Llenaría mi blog con todo y tanto que me regaló!!!... Mi querida señorita Ana... Nos hablaba de sus vivencias mientras estudiaba, de las fatigas de lo malos tiempos, de la emigración de sus hermanos, de la prosperidad que consiguieron a base de trabajar, del restaurante, bien afamado, de sus hermanas... y de sus sueños. Sueños de ser feliz, de una vida tranquila, de una vida de entrega y aunque parezca raro, ¡de lo poco que le gustaba la enseñanza! Por eso era una maestra diferente a sus tiempos, nada ortodoxa en la manera de entender el saber y mucho menos en transmitirlo. Con ella hacíamos excursiones piratas, paseos a deshoras y cantos y cuentos muchas veces... Conseguía hacernos felices!!! Y todo hace más de 40 años. También bordábamos, cosíamos,  tejíamos y, de vez en cuando, nos entregaba alguna receta para el fin de semana. En una ocasión nos trajo estas cocadas, primero nos las hizo probar para ver si nos agradaban y luego nos dejó la receta para prepararla en casa. Si nos gustaban...!!! Estaban buenísimas.
Partiremos de aquí
y todo lo nuestro
quedará en las sonrisas de la hiedra
que suban a buscarnos
olvido arriba.


Ella ya ocupa también su estrella, nos dejó hace 3 años con la misma dignidad con la que había vivido: serena, apacible y dando gracias a las personas que se ocuparon de ella en sus últimos días. ¡¡¡Nuestra buena y querida señorita Ana!!! Sus cocadas seguirán haciendo felices a muchos más niños, en su memoria las publico.

Los poemas son de A. G. Ovies, de su poemario EN PRESENTE (y poemas de Álbum amarillo)
Espero que a los neños les gusten.


Necesitamos

Para 16 cocadas de 4 centímetros de diámetro
  • 100 gramos de coco rallado
  • 1 huevo
  • 5 cucharadas de leche condensada
  • una pizca de azúcar avainillado
  • 8 cerezas confitadas
Podemos poner un circulín de chocolate alrededor de la cereza, una vez horneadas y frías.

Elaboración

Ponemos el horno a calentar a 160º

Disponemos en un cuenco el coco rallado.

Hacemos un pequeño huequín en el medio y añadimos el huevo , el azúcar avainillado y las cucharadas de leche condensada.

Rompemos con la mano la yema del huevo y mezclamos, no amasamos, mezclamos bien todos los ingredientes, hasta que estén bien unidos. No hay que mezclar mucho tiempo, cuando la yema se integre y no se note, ya está.
¡¡¡No me acordé de hacer fotos primero, mil perdones!!!

Nos queda una masa pegajosa, la dejamos reposar unos 10-12 minutos.

Con ayuda de una cucharina de postre, formamos bolinas y las vamos colocando sobre papel de hornear en una placa . Las ponemos un poco separadas, porque al cocer aumentan de tamaño.

Partimos al medio las cerezas y colocamos una mitad encima de cada cocada.


Ponemos en el horno y las dejamos unos 8 minutos con calor por abajo y otros 3 minutos con calor por arriba y abajo. No se dejan cocer mucho, quedarían muy duras. En las primeras que preparéis vale más  que os quedéis cortos de tiempo.


Esperamos a que se enfríen y ...¡¡¡¡ Ya vais a ver de que modo desaparecen!!!
Entre cuentas, cuentos y cantos...
Aprendiendo el gusto por el saber y ..¡¡¡el sabor!!!
¡¡¡QUE VOS PRESTEN UN MONTÓN!!!