mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

jueves, 24 de noviembre de 2011

GALLETAS CON PEPITAS DE CHOCOLATE

Crujientes y deliciosas.
Hoy unas galletas muy facilinas y ricas. Las publico, pero no me quedaron todo lo bien que quisiera. Se nos fue la luz a mitad de cocción y perdieron volumen por el centro. Así todo, pienso que merecen la pena, de sabor están exquisitas. Un preludio de los postres navideños...

¡¡¡Se acercan las Navidades y me parece que fueron ayer las pasadas!!! No sé si os pasará lo que a mí, pero los años se me escapan de una forma... Cuando era pequeñina deseaba crecer, el mundo de los adultos me parecía de lo más interesante (pintarme los labios, las uñas, ponerme tacones...) y el tiempo no terminaba de pasar nunca. De chavalina, los días duraban poco para todas las cosas que pretendía abarcar. Ya más adulta, empezaron a parecerme más largos los días y más cortos los meses (menuda contradicción..., una más de tantas) Y ahora, en esta "edad de oro", jej, ¡¡¡ los años parece que vuelan!!! Así que otro más para la colección que engorda mi currículum.

Miro vuestros blogs y me maravillan vuestras ofertas navideñas. ¡¡¡Tengo pendientes tantas recetas ricas, que no sé por dónde voy a empezar!!! No solo la comida, también los consejos, la decoración y todas vuestras ideas me encantan. Gracias o todos los que me visitáis, a los que me dejáis comentarios y a los que no, por todo el apoyo. Gracias por todo lo que me aportáis.

Las galletas, para todos vosotros, pero quisiera mencionar muy especialmente, con vuestro permiso, a una prima mía que recuperé estos días, Dolores... Compartió conmigo juegos infantiles, bocadillos y risas. (Nosotras éramos pequeñas Caperucitas a las que un lobo tremendo, su madre Mina, quería comerse.¡Qué miedo, refugiadas bajo la mesa cubierta con una colcha!¡Qué paciencia la de Mina!). Se marcho a Galicia, nos escribimos varios años, pero la vida luego, como casi siempre, nos fue distanciando. Va por ti Dolores, primina, por nuestra sangre.
Podemos darle un brillo con huevo batido antes de la cocción.

Umbral de diciembre

AURELIO GONZÁLEZ OVIES ESCRITOR

Quiero que vengas, madre mía, tú, a encenderme el umbral de este diciembre.  Quiero que seas tú, con tus rasgos de luz, la que alumbre en las velas y en los limpios destellos mañaneros de la flor de la nieve. Que vengas tú a curarme la tos con tu resguardo, a librarme del frío de estas fechas vacías, a abrazarme detrás de una ventana mientras arde el silencio de la casa y el invierno ruge con su furia y fuera llueve. Aunque de nuevo me den miedo el relámpago y las tejas que rompen y los cables que aúllan y el chispazo imprevisto de los plomos y el gorjeo de la leche mientras hierve.
                                
Que me dobles el borde de las sábanas y tantees la humedad que arroya en las paredes y recemos un poco en voz muy baja el padrenuestro antiguo, el que tú me enseñaste, y enrolles a mis pies la toalla y la botella, el papel de periódico y el ladrillo caliente. Y me pliegues la noche con la paz de tus fábulas y me pases, despacio, las páginas del sueño. Que me hables de aquellos años tuyos por los prados de Viodo en primavera y me mires dormir y me desees descanso y apagues mis zozobras y me beses la frente.

Y pongas tú en la mesa las cenas abundantes, los dulces escogidos, las frutas escarchadas y el tacto en los manteles. Quiero que vengas tú. Quiero que bajes tú desde la antigüedad de un villancico. Que surjas de entre el musgo, de un río o de una senda que cruzan los belenes. Que resurjas del irreal perfume de un palacio elevado, de la hondura de los pozos de agua, de un desierto imposible, del temple y la quietud de algún pesebre.

Ven y hazlo posible. Dibújanos el pino que te gusta. Amarra a esta nostalgia cascabeles. Escríbenos deseos y pámpanos y hojas de limón en los cristales gélidos del siempre. Caliéntanos las manos con cáscaras de fe. Ven, colócanos encima de la cama regalos y sorpresas. Haznos creer que resoplan muy cerca los camellos, que llaman a la puerta los pajes de los Reyes. Suelta la eternidad, abandona la estrella, cuando giren el mundo o la nada o el humo y mires hacia abajo y atisbes estos brazos, deja la inmensidad, desmóntate, detente. Quiero que vengas, madre mía, tú, a iluminar las bóvedas de este mustio diciembre.


"LA NUEVA ESPAÑA"  "La rucha",  Jueves 24 de noviembre del 2011


Por el centro me quedaron un poco hundidas...

NECESITAMOS
  • 125 gramos de mantequilla a punto de pomada
  • 125 gramos de azúcar moreno
  • 4 cucharadas de miel
  • 1 huevo
  • 150 gramos de pepitas de chocolate( Lidl)
  • 1 cucharada de coco
  • 1 cucharada de nuez molida
  • 220 gramos de harina de repostería
  • 1 cucharadina rasa de levadura tipo Royal
El coco y la nuez le dan el toque crujiente.

ELABORACIÓN (Salen unas 40)

Ponemos el horno a calentar a 160º.

Mezclamos la mantequilla con el azúcar, la miel y el huevo y lo batimos bien con las varillas.

Tamizamos la harina con la levadura y le añadimos el coco y la nuez.

Lo añadimos a la mezcla de la mantequilla. Mezclamos bien y hasta formar una masa.

Ponemos las pepitas de chocolate en un plato.

Vamos haciendo bolinas del tamaño de una nuez pequeña y a cada una le ponemos unas cuantas pepitas de chocolate. Para que me salgan de parecido tamaño, cojo la pasta con un ahuecador de patata grande.



Horneamos unos 12-15 minutos, hasta que se pongan doradinas.

Dejamos enfriar sobre el papel, en una rejilla.
¿Os apetecen?

¡QUE VOS PRESTEN!