mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

jueves, 9 de febrero de 2012

BOROÑA

Un paso a la niñez...
Bueno, sigo con las recetas del curso, esta vez de nuestro pan de maíz de siempre. Un poco mejorado, porque yo recuerdo aquellas boroñas de mis tías abuelas y me parece que no les ponían nada de levadura, solamente el ´formiento`. Por eso estaban estupendas calentinas, el día en el que las cocían, pero al siguiente se ponían muy duras y `correyudas´...

Ahora en pocas casas se siembra maíz del amarillo, el de siempre, el que después enriestaban en largas coletas y colgaban del horreo o la panera... Me vienen bonitas imágenes de `les esfoyades´, nos juntábamos en las caserías para ayudarnos unos a otros a `enriestar´ y se armaban unas juergas tremendas,. Unos cantaban, otros contaban chistes, otros cortejaban y los demás nos reíamos o pasábamos un pánico de aúpa con los historias que narraban. Rodeados de hojas de maíz y `barbas´ (siempre me ponían un bigote largo con alguna) lo pasábamos en grande. Además se hacían por la tarde noche, después de `catar´ y de dar de comer a los animales, para estar a `cuidao quieto´. Corría la sidra y la bota con vino... Y la alegría. Es curioso, tenían que estar muy cansados nuestros mayores de estar todo el día faenando y sin embargo el ambiente festivo que reinaba no dejaba ver ni un atisbo de agotamiento.  Bueno, luego se desgranaban las `panoyas´con ayuda de un `taruco´ y ese maíz resultante era el que se molía para hacer la harina. Un olor que no volví a percibir desde hace muchos años. De hecho, creo que en mi pueblo, solamente quedan dos o tres caserías  que siguen la tradición.
Mi tía Nieves siempre se quedaba maravillada de las paneras rodeadas de las llamativas y largas` riestras´. Gracias a ella supe de todos los usos que en el pasado le daban a la boroña y a la harina. En otra publicación os lo contaré. Hoy os dejo con la rica boroña, con tres masas  diferentes, para  distintos paladares.



Los labradores cantan con voz de vino dulce
algo muy parecido a nuestra infancia.
La grana de la ausencia empieza a desbordarse
                                                          sobre el  muro
de estas largas tardes de cal viva.
Jamás podrán los hombres arrancarse su sangre
ni romper el espacio de las primeras manos
ni detener los barcos que parten con el tiempo.
Los labradores cantan y oscurece otro día
por detrás de los árboles.

Necesitamos
Una boroña más suave.

Pan de maíz
  • 300 gramos de harina floja
  • 150 gramos de harina de gran fuerza
  • 450 gramos de harina de maíz amarilla
  • 100 gramos de harina de centeno
  • 550 gramos de agua
  • 20 gramos de sal
  • 5 gramos de mejorante (Mercadona)
  • 200 gramos de masa madre (opcional) Publicaré en breve la manera de prepararla, paso a paso.
  • 40 gramos de levadura
ElaboraciónPonemos las harinas, mezcladas y tamizadas , la sal, el mejorante, la mitad del agua y amasamos, añadiendo el agua restante a medida que lo vayamos necesitando.  La levadura desmenuzada y la masa madre se le añade al final.  Cuando tengamos la bola de la masa, la dejamos reposar unos minutos y luego
Boleamos del tamaño que queramos, teniendo en cuenta que dobla el volumen.
Achatamos la masa, para poder manipularla.
Doblamos y presionamos
Ý seguimos doblando y presionando.
Giramos suavemente para que se peguen bien las vueltas.
Tiene que quedar más o menos así, para que rompa por el medio.
Se deja levar en un lugar cálido y se le va pulverizando agua de vez en cuando, para que no cree corteza.
Se hornea en horno precalentado, 10 minutos a 215 grados y otros 25 minutos más a 180 grados
Queda así de suave.

Para hacer una boroña con más sabor a maíz, suprimimos la harina de centeno y le ponemos esa misma cantidad de harina de maíz amarilla.
El color se acentúa.
Se deja boleada y va rompiendo sin hacerle cortes.
Se cuece de la misma manera.
Queda con un sabor un poco más fuerte.

Para hacer una boroña, más artesana, subimos la harina de maíz amarilla y bajamos la de fuerza.
Se forma como la anterior.
Se cuece también de la misma manera.Queda más pesada al tener mucho más maíz. Es más parecida a la que recuerdo de mi infancia. Pero puede que entonces se preparase solamente con harina de maíz.
¡¡¡Qué seas muy feliz!!!
Hoy fue el cumple de mi hermano, este es el pastel que le hicimos para celebrarlo. Ya os diré como lo preparé.

¡¡¡A ver si vos presta!!!