mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

miércoles, 8 de agosto de 2012

6 MERMELADAS

Seguro que nos presta un poco de mermelada con una tostadina.
Hoy os dejo alguna de las mermeladas que preparé estos días y otras que ya son del año pasado. Hacer mermelada en casa se convierte en algo adictivo, jeje. No tienen nada que ver con las comercializadas, aunque éstas también están ricas. Este año mi amiga Marigel me regaló bastantes ciruelas rojas y amarillas con las que preparé confituras, pero añadiéndoles otras frutas, porque con ellas solas queda muy ácida... La de fresas también es de este año. La de moras me la regaló mi amiga, tiene muchas, además no son silvestres y contienen pocos graninos, le queda muy buena. La de piescos, una especie de albaricoques, está también muy rica y además casi no pierde el sabor de la fruta. (Este año a ver si puedo hacer algún tarro, las ardillas ya están por aquí haciendo de las suyas, no me dejaron ni una avellana y me temo que harán lo mismo con las nueces y el resto de los frutos...) La de melocotones, está preparada por mi amiga, no la trituró y queda estupenda.

No pongo el paso a paso, es simplemente cocer y triturar. Lo que si os aconsejo es dejarla cocer bien antes de triturar, si quedase blandina y quisiésemos que espesase, al ponerla de nuevo al fuego ya triturada, salta mucho y mancha bastante, además de que nos puede quemar al salpicar.


Espero que os presten y os animéis a preparar alguna.

Os dejo otro texto poético de A. G. Ovies

INDICIOS DE VERANO

Evocaciones de la llegada de la estación estival



La fragancia fresca de las viejas rosas. Un rumor de abejas al fondo de mayo. Clavelinas dóciles en unas macetas. Esbeltos gitanos que extienden sus carpas. Los nidos de araña entre los sanjuanes. Los niños que juegan cerca del ocaso. El verdor que duele como verdad viva. El hombre tranquilo que encala su casa. La sombra afectuosa de la higuera fiel. El ropaje nuevo de un espantapájaros. La mañana llena de luz y jilgueros. La temprana música de una romería. El olor tendido de toallas de playa. Nubes de tormenta que llegan de pronto. La tarde que añora la siega en los prados.


La perfección púrpura que hay en las cerezas. Las niñas contentas que estrenan sandalias. La voz del anís, saludable y honda. El sol poderoso, cada día más alto. La explosión de aroma a flor de saúco. La sangre silvestre que filtra en las fresas. La soledad seca de las pomaradas. La hilera de hormigas que cruza el camino. La loma reciente de los hormigueros. La ilusión callada de los avellanos. Endebles gramíneas que bordean el tiempo. Los arvejos raudos que trepan las varas.


Brillantes lagartos que asoman medrosos. La piel que mudamos al perder la infancia. El arrullo ronco que un palomo emite. La calma enroscada en que duerme el gato. Los frutos que crecen milagrosamente. La lenta mirada que observo en las vacas. El abrevadero rebosante y limpio. Los últimos pétalos que caen del manzano. Mariposas leves que tantean el mundo. Caminos vacíos que van hasta el nunca. Pescadores quietos que velan sus cañas. Las pegas que riñen mientras van volando. Los adolescentes, sus besos que urgen. Las familias pálidas que comen al aire. El bullicio que abre y cierra el domingo. La cometa inhábil que asciende y se engancha. Estelas de aviones que jamás retornan. El furgón que vende bebidas y helados.


El resol doliente con que muere el día. La mujer que riega su huerto y sus plantas. El perro rendido que se echa y bosteza. La iglesia en que apenas se reza un rosario. Calor que refleja en las carreteras. Extensos espinos que aroman las horas. Abuelas que allegan las contraventanas. La límpida luna que late en las olas. Nerviosas libélulas al sur de los juncos. Petunias que brotan entre los geranios. El llantén que brota del caído muro. Sombrillas y toldos que ocultan el mar. Espacios que saben a niñez y a playa.


(La Nueva España, 30-05-2012)



MERMELADAS


El proceso siempre es el mismo para todas las mermeladas, la noche anterior alternamos capas de fruta con capas de azúcar en la pota donde vayamos a prepararlas. Al día siguiente la cocemos despacín removiendo de vez en cuando, hasta que tenga la consistencia que nos guste. Trituramos con la batidora, si la queremos más fina, o con el pasapurés si nos gusta más grumosa.

Ponemos los tarros y las tapas,  en agua fría y los dejamos hervir 10 minutos.

A continuación llenamos con la mermelada caliente y cerramos bien las tapas. Los ponemos a hervir, con el agua que cubra los tarros, por lo menos hasta la tapa, dejándolos 20 minutos desde el comienzo. Si no quedan bien apretados unos contra otros, conviene enroscar un paño de cocina entre ellos, para que al cocer no choquen. Inmediatamente pasado el tiempo de cocción y con cuidado de poner el agua en un huequín donde no haya tarro, para que  no revienten, dejamos caer agua fría, primero con poca cantidad y aumentando el chorro a medida que se va enfriando, hasta que la mermelada enfríe por completo. ES MUY IMPORTANTE ESTE PASO, SI DEJAMOS QUE SE ENFRÍEN LOS TARROS POCO A POCO DENTRO DEL AGUA CALIENTE, TODO EL PROCESO DE ESTERILIZACIÓN QUEDARÍA ANULADO.

Así se conservan más de 12 meses. Les pongo limón, hace de antioxidante.

Estos consejos nos los dio Ines, en un curso de conservas, en la Escuela Agroalimentaria de Gozón..
Muy dulce y sabrosa.
Mermelada de melocotón
  • 1 kilo de melocotones, limpios de piel y semilla y picados
  • 750 gramos de azúcar
  • el zumo de 1 limón

Ideal para acompañar yogur y queso.
Mermelada de mora
  • 1 kilo de moras, lavadas y bien escurridas
  • 1 kilo de azúcar
  • el zumo de 1 limón

Conserva todo el sabor de la fruta.
Mermelada de piescu
  • 1 kilo de piescos, pelados y sin semilla, picados
  • 750 gramos de azúcar
  • el zumo de 1 limón
Sabrosa y con un toque ácido.
Mermelada de ciruela roja
  • 1 kilo de ciruelas rojas, sin semilla ni piel  y partidas en dos
  • 1 kilo de manzanas
  • 1 kilo de azúcar
  • el zumo de medio limón
Con el higo, deliciosa.
Mermelada de ciruela amarilla
  • 1 kilo de ciruelas amarillas, sin piel
  • 1 kilo de higos secos
  • 1 kilo de azúcar
  • el zumo de medio limón
Una de las que más me gusta.
Mermelada de fresas
  • 1 kilo de fresas, lavadas, quitado el tallo y bien escurridas
  • 4 manzanas, peladas, y partidas en trocinos
  • 750 gramos de azúcar
  • el zumo de medio limón

¡¡¡Que vos aprovechen!!!