mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

jueves, 24 de enero de 2013

FABES CON MEJILLONES Y GAMBAS

Un plato muy rico.
Con este frío que hace apetecen platos calientes y bien contundentes. La idea para preparar estes fabes me la dio mi prima María Jesús. Ella tiene que cocinar con muy pocas grasas ya que en la familia hay diabéticos. Y las hace con mejillones para poder aprovechar les riques fabes de su huerto. Resulta un plato muy rico y mucho más suave que la típica fabada con su compango. Si os gustan les fabes y también el sabor a mar, no dudéis en prepararlas, seguro que triunfáis. A nosotros nos gustaron mucho. Desde aquí le doy las gracias a mi tocaya.

Un texto de A. G. Ovies:
La isla Barrosa, Bañugues, con la mina y temporal. Foto de Bárbara García.
En algunos pueblos que quedan duele el tiempo, silba la soledad, huele a melancolía. Mancan las ausencias y el olvido mucho más que entre las multitudes y las prisas de las ciudades. Los pueblos son espectros de una existencia arcaica, donde nada cambia, nada permanece, nada prorrumpe, nada palpita.

Las garras del tiempo brotan en los muros caídos, en las contraventanas que ya no se abren, en los altos caserones arruinados y en las sebes que tupen los caminos y en los esqueletos de las ermitas. En el silencio de las tardes y en los hierros que pudren en las escombreras. Todo es futuro pasado en los pueblos que persisten, aun sin vida. Se percibe en las paredes agrietadas, en las rosas confusas, en las veletas atragantadas y en las eras desiertas y en los pomares y en las paneras resentidas.

Las únicas imágenes de vida, en muchas ocasiones, son avisos de muerte, indicios de derrumbe, huellas de despedida: las chinchetas, la esquela en los postes de la luz, la ropa de un difunto que quema en una hoguera, el somier que se pudre en la antojana, el tendal derribado con unas cuantas pinzas, el gallinero solo, abandonado, un remolque entre zarzas, un bidón, una fuente, un armario, un establo, un canalón vencido, un pozo seco, unos gatos hambrientos, unas chapas partidas de uralita.

Nada de lo que fue. Si los muertos volvieran, echarían de menos a los niños, temprano, el canto de los gallos, el fruto de los árboles, el rumor de las cuadras, la voz del panadero, la mañana encendida. Preguntarían qué ha sido de la tienda, del chigre, de las horas de charla, de la fe, del local del barbero, del molino y de la harina. Preguntarían por qué nadie camina a ningún sitio, por qué nadie recoge la cosecha, por qué no hay animales en las cuadras, por qué nadie se da los buenos días, por qué todo se compra y nada se elabora, por qué no sabe nada a verdad de verdad, por qué nada perdura y todo se tira.

En los pueblos el tiempo es más sincero y más triste, sí, eso es cierto. Pero punzan profundo sus espinas. Uno se echa de menos a sí mismo, añora en cualquier parte su esencia y su linaje. Uno cruza los días y se asume perdido. Uno sale a la noche y todo, menos la luz de las estrellas, agoniza.

(La Nueva España, 3-10-2012)




Sin grasas.

Para les fabes con mejillones y gambas necesitamos: (12 personas)

  • 1 kilo de fabes asturianes de buena calidad
  • 1 kilo de mejillones
  • 1 kilo de gambas peladas (yo congeladas y descongeladas en la nevera desde la noche anterior)
  • 1 cabeza de ajos
  • dos cebollas
  • un buen manojo de perejíl
  • un vaso de vino blanco de buena calidad, para abrir los mejillones
  • azafrán en hebra
  • aceite de oliva

Elaboración:

Lo primero, preparamos los mejillones para descascarlos como en la receta de mejillones en salsa verde (pincha aquí). Reservamos los mejillones por un lado y el caldo resultante, bien colado por otro lado.

La noche anterior a la preparación, ponemos les fabes a remojo, en agua fría abundante, pues hinchan mucho. Las escurrimos bien y las ponemos en una pota cubriéndolas con agua fría. Las dejamos que hiervan. Las espumamos ayudándonos de una espumadera que sumergimos repetidas veces en agua fría.
Una vez bien espumadas, ponemos la cabeza de ajos,entera, sin pelar, las cebollas y el manojo de perejil. Ponemos también el azafrán. Dejamos que cuezan, destapadas, a fuego bajo y añadiendo agua FRÍA, a medida que lo vaya necesitando. Cuando la cebolla esté blandina al pincharla con un tenedor, la sacamos y  los ajos (que pelaremos ) y el perejil  y lo trituramos todo con  el aceite  y el caldo de cocer los mejillones.
Añadimos el caldo resultante a les fabes y dejamos que sigan cociendo, hasta que queden bien tiernas. En ese momento, ponemos los mejillones reservados y las gambas y dejamos que cuezan unos cinco minutos. Comprobamos de sal. Apartamos del fuego y  dejamos reposar una hora, mínimo.
Pasado este tiempo de reposo, calentamos bien y servimos, bien calientes.
Y un plato riquísimo.
¡¡¡¡¡A disfrutar en la mesa!!!!!