domingo, 26 de mayo de 2013

BRIOCHE DE MOLDE


Interesante opción para un rico desayuno o merienda.
Os dejo una receta del curso de pastelería y bollería de hace años. Un rico brioche muy fácil de hacer y con unos resultados que ya me diréis... Animaros a prepararlo, seguro que a la primera os sale bien.
Os pido disculpas por el poco tiempo que estos últimos días le dedico al blog. Espero poder volver a la normalidad en poco tiempo. Gracias a todos los que me seguís visitando y dejando vuestros comentarios y a quienes, en silencio,  también llegáis hasta mi cocina. Besos para todos.
Queda una miga estupenda. Ya sabéis que el brioche se conserva poco tiempo tierno y esponjoso, así que si hacéis mucha cantidad se congela bien envuelto en papel film y se saca unas horas antes de utilizarlo.
Un texto de A. G. Ovies, publicado en La Nueva España:



FOGONAZOS

Este tordo que canta a media tarde, mientras sigo encerrado en la oficina, rodeado de libros y estadísticas, de papeles sobados y rancios ejercicios, me envejece y agrava el cansancio que arrastro. ¿Son útiles estas horas que escapan mientras yo, año tras año, sigo aquí anquilosado, traduciendo a Virgilio, descuartizando a Horacio? ¿Sirve de algo el tiempo que malgasto, los soplos del candor, que ahí fuera me demuestran lo intenso, no son más fructuosos? ¿Qué sobra en mí o qué falta? ¿Soy uno, entero, y tan disperso, tan a disgusto, uno, en uno mismo?
                        
Este cielo primero de primavera nueva y esta luz que prohíbo, bajando la persiana, me alojan en la piel impresiones y tactos imposibles ahora, irrealizables siempre y por jamás. Tactos, respingos, como si la fragancia de un limón me rozara, como si me bajaran hasta la adolescencia o me condecoraran con otra carne tierna. ¿Es la vida tan larga cuando se hace cansina y no la apreciamos, nosotros, existentes de oficio, transeúntes de paso? ¿La brevedad que vivo sólo duele de veras cuando miro mi entorno y admito su grandeza frente a mi excelsa nada?

Esta brisa fresquísima que huele a lo que saben las fresas en la infancia, a pensamiento impúber, a pura eternidad, ¿en dónde libará su cíclica constancia, su gesto inalterable, su tanta voluntad? ¿De todo lo que existe, inerte ante mis ojos: el suelo del silencio de este instante, el borde vertical de la montaña, los tejados oblicuos, el asfalto, la piedra, de todo, únicamente yo soy el que va muriéndose tarde tras tarde? ¿Es mejor permanecer ajeno, distante, simplemente instalado sobre la superficie del espacio? ¿Acaso más rentable y menos doloroso?
                                       
Esta noche con luna sobre El Campus, cuando salgo hacia casa, desahuciado, sin sombra, consciente de que ha sido un día sin sustancia, ¿qué pensará de mis insulsas obsesiones, de mis pies y sus huellas? ¿Qué me imaginarán los astros, repetidamente aislados, que me acompañan hasta la misma puerta? ¿Que soy un ser estúpido e insólito como tantos millones de simples seres simples? ¿Que voy con prisa, ahora, después –prisa sin fin y sin objeto– ; que no sé respirar sino por subsistir?

¿Y estos entresijos que me asaltan, estas perturbaciones entre angustia y desidia, desazón y deseo? ¿A qué se deben estas insistentes incógnitas? ¿A que soy lo que nunca quise ser; a que no soy más que esto que soy? ¿Cuándo se es; dónde se empieza a no ser incapaz de ser a toda costa lo que no hay que ser?




Para el brioche, necesitamos: (Para un molde de 1 kilo, necesitamos 200 gramos de masa).

  • 500 gramos de harina de fuerza (mitad harina de repostería, mitad harina de fuerza)
  • 200 mililitros de agua
  • 7 gramos de sal
  • 25 mililitros de leche
  • 30 gramos de mantequilla
  • 125 gramos de azúcar
  • 100 mililitros de huevo batido
  • rallo de medio limón
  • aroma de vainilla
  • 15 gramos de levadura

En un bol amplio ponemos la harina tamizada, el rallo de limón, los huevos batidos, la vainilla, la mantequilla en trocinos,
el azúcar y la sal, terminando con la leche. Incorporamos la mitad del agua por arriba y empezamos a amasar. Cuando tengamos una masa blanda, añadimos la levadura desmigada e incorporamos poco a poco el resto del agua, hasta terminarla.  Tiene que quedar una masa más bien blanda, pero que no se pegue a las manos.
Para hacer el  brioche en el molde de las magdalenas, hacemos bolinas del tamaño de una nuez grande y rellenamos en los moldes engrasados. Para hacer el brioche en el  molde alargado, boleamos ...
y rellenamos. Dejamos levar.
Y pincelamos con mucho cuidado antes de ponerlos en horno precalentado a 200º. Los dejamos 8-10 minutos.
Sacamos los moldes del horno y cuando transcurran unos minutos, desmoldamos y dejamos enfriar sobre rejilla.

Y listo. Realmente merecen la pena.
Con mermelada, cacao o simplemente con mantequilla, está muy rico.


¡¡¡A ver si vos presta!!!