mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

domingo, 16 de enero de 2011

MERMELADA DE GUINDAS

Aprovecho los frascos de cristal guapos de las conservas que compro.
Este año pasado mi vecina tenía unos preciosos guindales completamente cargados de fruto. Me regaló para preparar con anís y claro, como eran tantas, no sabía que uso darles. Así que me puse con la mermelada y nos gustó mucho. Queda con un bonito color y un sabor muy bueno. Lleva un poquito de tiempo, pero merece la pena el resultado.
NECESITAMOS:
  • Mucha paciencia
  • 2 Kilos de guindas bien maduras
  • 1 1/2 kilo de azúcar
  • El zumo de 3 limones
ELABORACIÓN:

Lo primero es quitarles el rabito  y limpiarlas una por una con papel de cocina, con mucho cuidado, porque al estar tan maduras se abren con facilidad.

Las ponemos a remojo con agua bien fría 24 horas, cambiándoles el agua 2 o 3 veces.

Después de este proceso se van deshuesando y colocando en una cacerola alta, alternando capas de guindas con capas de azúcar.

Una vez colocadas todas, se les pone el zumo de los limones por encima y se tapan, dejándolas así un día completo. Pasado éste, se revuelven y se dejan tapadas de nuevo otro día.

Se ponen a fuego lento y se dejan cocer  hasta que reduzcan la mitad de su volumen, removiendo de vez en cuando. Es importante que la cacerola  sea amplia porque forma bastante espuma al cocer.

Se deja reposar de un día para otro de nuevo y transcurrido este, se vuelven a poner a cocer despacio.Veremos que pronto adquiere  la textura de mermelada. En ese punto paramos la cocción. Pasamos por el pasapuré o por un chino y reservamos.

Esterilizamos los frascos de cristal en agua hirviendo durante 10 minutos y, calientes los frascos, ponemos dentro de ellos la mermelada caliente también. Cerramos bien las tapas y los ponemos al baño María en agua caliente, durante 20 minutos contados desde que empieza a hervir.

Transcurrido el tiempo, colocamos la cacerola bajo el grifo y  empezamos a dejar caer un chorrito de agua fría, primero con poca fuerza y aumentándola a medida que el agua empiece a enfriarse, con el máximo cuidado para que el agua no toque ningún tarro. Esto es muy importante para que la mermelada quede totalmente esterilizada. El paso de caliente a frio no tiene que durar mucho tiempo, pero tampoco lo podemos acelerar mucho, pues estallarían los tarros.

Una vez fríos, los sacamos del agua y se conservan muchos meses.

¡QUE APROVECHE!

Tiene un sabor peculiar, exótico, indefinible. Hay que probarla.