Necesita unos meses de reposo. Este es del año pasado. |
Y para esas reuniones en las que pasamos unas sobremesas en agradable compañía este licor de guindas viene como anillo al dedo. Mi vecina Leti tuvo la amabilidad de regalarme un cesto repleto de estos pequeños frutos y lo preparé.
Tengo varias fórmulas para elaborarlo, pero esta vez me decanté por la que recoge un libro que una buena amiga me hizo llegar. Y no es un recetario cualquiera, perteneció a una amante de los fogones y viajó con ella desde Argentina. Viene cargado de historias e inundado de la esencia y la destreza de su propietaria:
Es un licor muy rico y fácil. Un chupito bien frío nos presta en verano. A ver qué os parece.
Quisiera recordar con unos versos de A. G. Ovies, a nuestro querido D. Ángel. D.E.P.
AMPLITUD INFINITA
Algo tenemos de dioses e infinitos. Pero somos mortales. Algo llevamos como de flor y pájaro, como de trigo y tormenta. Algo nos pertenece en la amplitud de la palabra. Algo somos de las bahías y los árboles y de la blanca nieve. Algo somos del humo y de las fíbulas y de las definiciones.
Algo. Somos algo.
La tarde y la mañana. La tarde y la mañana. El cielo azul, la brisa, el aire. La estampa, los tejados, el llanto, la ventana. Somos la risa, el muro, la cantiga, el paisaje. Algo como el camino y los emprendedores.
Como el día y la noche. Como el día y la noche. Y el día y la noche.
A. G. Ovies, Las señas del perseguidor, Avilés 1999
A. G. Ovies, Las señas del perseguidor, Avilés 1999
Para el licor de guindas necesitamos:
- 1/2 kilo de guindas
- 3/4 de litro de agua
- 750 gramos de azúcar
- 3/4 de litro de alcohol (anís , orujo...)
Preparación:
¿Brindamos? ¡Por todos vosotros!