mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

sábado, 28 de septiembre de 2013

PRINCESITAS (Receta de Anun)



Otro dulce. Esta vez unas princesitas. Un bocado excelente, de pastelería asturiana, para el paladar más exquisito.

Este fin de semana, como cada año, toca la celebración de Nuestra Señora del Carmen en el pueblo de Bañugues. Una fiesta que estos días nos trae un poco de añoranza, recordando a nuestro querido párroco Don Ángel, impulsor de la misma desde su llegada,  hace más de cincuenta años. Él, Marianista al cien por ciento, propuso la idea a los mariscadores que terminaban la costera de la langosta por estas fechas y aceptaron gustosos honrar a su Virgen de esta manera. Así, año tras año, se sigue subiendo la imagen de la Santa en procesión, el último sábado de septiembre,  desde la iglesia parroquial hasta el Pósito de Pescadores, pernocta aquí y al mediodía del domingo se la lleva, de nuevo en procesión, de vuelta a la iglesia.( Don Ángel ya descansa al los pies de la Madre y reza por nosotros, seguro)

Con estas princesitas, venero a la Patrona, recuerdo a Don Ángel y felicito a todos los marineros, a la Asociación de Vecinos por los actos y a quienes participen de los mismos.

Espero que os gusten


Unos versos de A. G. Ovies:


PATRONA DEL MAR

Reina de las olas
y los pescadores,
ya suena la Salve
de la iglesia al Monte.

Dueña de la mar
y de los timones,
guíanos el rumbo
y los corazones.

Patrona del agua
y del horizonte
alúmbranos siempre
las costas del Norte.

Ama del océano
Estrella en la noche,
Rosa de los vientos,
no nos abandones.

Madre de consuelo
y los pescadores
te suben, te rezan
de la iglesia al Monte.



La receta se la debo una vez más a mi amiga Anun, es de su curso de pastelería. Muchas gracias amiga.

viernes, 13 de septiembre de 2013

MARAÑUELAS DE CANDÁS, receta de una güelina del Centro de Día


El cestín lo hicieron los usuarios del Centro de Apoyo a la Integración de Candás. Muy guapo chicos.
Mañana, 14 de septiembre, se celebra en el precioso pueblo de Candás la festividad en honor al Santo Cristo. Muchas son las personas que se desplazan desde diferentes puntos de la región  para rezarle con fe. Siempre permanecerá en mi recuerdo lo bien que lo pasábamos cuando llegaba esta fecha. Nos reuníamos un grupo bien numeroso de amigos y familiares y marchábamos a Candás, con los bocadillos, las empanadas, tortillas y manteles, para comer en Santarúa, rezar a los pies del Santo y bailar en la Baragaña... Típica es la foto familiar en las escaleras que conducen a la iglesia y que los más devotos suben de rodillas... Sin olvidar, claro está, las atracciones: los caballitos, las tómbolas, lanchitas y aquel torturador vaivén (si soltabas las manos te caías y si no las soltabas, la falda se subía hasta la cabeza para auténtico regocijo de los chavalinos, que siempre se sentaban enfrente). Aún diviso todo como una realidad y el olor a pólvora de los voladores parece que me llega...

Hoy quiero desear a todos los candasinos unas felices fiestas y publico unas marañuelas. La receta se la pidió mi sobrino a una güelina del Centro de día de Mayores.  Gentilmente me la hizo llegar y además anotó también la de los bollos. Me prestó mucho, y desde aquí le mando un beso y las gracias. Así las preparé. Muy ricas.
El Santo Cristo de Candás, en procesión multitudinaria. (Foto por gentileza de María Teresa Álvarez)
(Foto gentileza de María Teresa Álvarez)

Y también unas palabras para Gozón, pueblo hermano, de A. G. Ovies, en La Nueva España.

De Gozón y sus sitios

Semblanza en la memoria de los rincones de un hermoso concejo

banuguesverano.jpg
Bañugues.
 De Bañugues recuerdo la vida entre gaviotas y güinches que giraban sobre brea y nordeste. Y aquellos chatarreros con furgones muy viejos, que rompían el silencio voceando qué compraban. Y radiantes mañanas como ilusiones nuevas. Y lanchas, bien pintadas, con nombres de mujeres. La Ribera, Cerín. La sirena de Peñas, con su ronco lamento. La calma de El Llugar, La Quintana y la escuela. La tienda de Benina. La bruma mañanera que tapaba Llumeres. De Luanco, Santa Ana, su blanco cementerio entre eucaliptos altos. El Crucero y Falín, con carbón siempre a cuestas. El gris economato. La cochera y los Roces. La conservera, el ruido de sus máquinas lentas. Don Ignacio y la fiebre. El Adel. Las Delicias. La Hestoria y sus bohemios. Y el olor a tergal de grandes almacenes.


De Bocines y Cardo, los prados extendidos, sus huertas cultivadas, sus casonas antiguas, con palmera y balcones, sus cuadras gigantescas, sus paneras esbeltas, toda su superficie como riqueza en ciernes. Y el cuerpo de Antromero, amante de la playa. De Nembro aquel ramal que lleva a Susacasa. Y la loma de Busto, que nunca se divisa. Y las fincas hermosas que lindan con Balbín. Y el molino del cruce que había en Faraguyes. Y los molinos de agua de San Jorge de Heres. Heres, horizonte y maizales, primavera y verbenas, Gelaz. Ladia y su carro con berzas y con leche.


En Viodo estaba todo. El Ferrero y el vértigo. Solarriba, Tezán. Caminos conocidos, caserías muy prósperas, seres inolvidables. El pan más delicioso. Viodo fue grande en mí. Había tanta luz como ahora tanta muerte. Y de Verdicio aún veo la iglesia que se asoma, las dunas que admirábamos, el viento de Tenrero, las curvas que conducen a Podes y a su gente. El Caleyón, mi infancia, Jesusa, Adolfo, agosto, la leche recudida, el candor de Avilés, el corredor que mira la silueta de Ambiedes. Ambiedes, lejanía de donde viene el médico y allí donde mi tío descansa eternamente. Atajos que se escurren por el suelo de Vioño. Lindes de Manzaneda, pomaradas inmensas que suponen el mundo, palacios escondidos, castañedos que cercan la mudez de Budores, matorrales que envuelven el pasado y sus puentes.


Laviana y sus fronteras, Zeluán, Endasa, Nieva. Qué largo aquel trayecto que hicimos tantas veces. Siderurgia y canteras, tolvas, fábricas, dragas, grúas descomunales, barcos, óxido, humo. Parroquia en la que acaba la gama de los verdes. Gozón, hierba, salmoria, acantilado y raza, comarca que resurge, tradición que perece.

sábado, 7 de septiembre de 2013

GALLETAS DE MANZANA

Mañana día 8, se celebra el día de Asturias y volvemos las miradas a nuestra Patrona, La Santina de Covadonga. Desde aquí quiero hacer un sencillo homenaje a los productos de nuestra tierra y os dejo unas galletas, sin huevo, muy fáciles de hacer. Uniendo avellanas, nueces y manzanas, unos minutos de dedicación y el calor de un horno, conseguimos unas galletas muy ricas. Quiero advertir únicamente que las manzanas tienen que estar verdes y duras, para que no se deshagan al cocer. Y si son de las que se utilizan para hacer la sidra asturiana, mejor.
Espero que os gusten (Os dejo el enlace de una tarta para la Santina)


Un texto de A. G. Ovies:
ASTURIAS

banuguesdesde-penas.jpg
Tarde de agosto, desde el Cabo de Peñas, Asturias.http://www.youtube.com/watch?v=pbubmSXP8T0

Asturias, si yo pudiera, si yo pudiera contarte. Si yo pudiera decirte, y pudieras tú escucharme Por donde quiera que miro, por donde quiera que paso, no veo más que vacío, no piso más que pasado. Montañas que nos aíslan, caminos prejubilados, bosques enfermos de sombra, campos que ya no son pasto. Herrumbre, ruinas, raíles; carrizos, barro y barrancos. 

Aldeas donde el olvido sangra por todos sus caños, veletas desorientadas en el vano del tejado. Rosas silvestres que afirman la soledad de los marcos; gallinas que picotean del abandono los granos. Manzanos vivos de muérdago, vestigios de espantapájaros. Corredores donde esperan a sus difuntos los gatos. Bardales, zarzas, retamas; rodadas, berros y cardos.

Paneras donde agonizan las vértebras de los carros. Razas rurales que arriendan su identidad y sus sábados. Riqueza traicionada por subvenciones y pactos. Región para cazadores y dos osos amaestrados. Linderos que no limitan sino con los avellanos. Ríos de seca corriente, por más que sigan bajando. Abrevaderos, tritones, águilas, cuervos y grajos.

Comarca museizada en trisqueles y urogallos. Verde poeta a derroche en dípticos y calendarios. Tierra para telarañas y lamentos de venados. País con la lengua rota, trozada por artesanos. Tradiciones enristradas en vigas y diccionarios. Aire por el que ni surcan las crines de los caballos. Barrenas, frío, barbecho, terrones, cuadras y páramos.
Jóvenes aves que vuelan en pos de un cielo más claro. Espacio que no soporta su tanto espacio parado. Concejos que nadie habita más que la luz y los tábanos. Ancianos que se adormecen en los asilos urbanos. No sé, tal vez me equivoco, quizás fui siempre un romántico. Tal vez no pasan ni miran, por donde yo miro y paso. Asturias, si yo pudiera.Te vale más no escucharlo (La Voz de Asturias, 13-09-08).A. G. Ovies