mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

domingo, 19 de octubre de 2014

PATATAS CON CONGRIO ECONÓMICAS


Hoy os dejo otro plato barato y rico. El congrio es un pescado que da un sabor estupendo a las patatas y, por supuesto, al caldo. (Aquí ya os comentaba lo mucho que le gustaba a nuestra madre). En esta ocasión, bastante caldoso, ideal para los días fríos que se avecinan. Un dato importante para el pescado: escoged siempre la carne de la parte abierta, la cola tiene demasiadas espinas. Ya me contaréis si os gusta.

Desde esta página, ya que el sector está pasando una situación delicada, quisiera enviar un mensaje de ánimo a todos los profesionales de nuestra sanidad que aman y se vuelcan día a día en su trabajo y que, me consta, son muchos. Ojalá nunca pierdan ni la ilusión ni las ganas de ayuda a los demás con humanidad y cercanía. Supongo que todos necesitamos lo mismo en los momentos difíciles, y es por eso por lo que, cuando más desprotegidos estamos, una palabra de ánimo, un apretón sincero de manos, o, sencillamente, que nos escuchen, no tiene precio. Gracias, pues, a todos por tanta generosidad y por tanta paciencia.


Un texto de A. G. Ovies, publicado en La Nueva España

Tierras viciadas

El desencanto de los tiempos actuales frente a la sencillez de la memoria de las cosas pequeñas.


Me ha tocado vivir un tiempo de una tremenda y gris desconfianza. Una época en declive, como un torrente oscuro, con gran sabor a sombra y a quebranto. Con malicia abundante, poca salubridad, mucha indolencia y una continua lluvia de amenazas. Y no tengo otro modo de embellecer el mundo más que con el intento de escribir lo que ocurre, de acusar los errores y las expoliaciones, por ver si algo mejora, por saber si algo sana. Pero es empresa ímproba querer cambiarle al rico su riqueza por pan o privar del dominio a tantos gobernantes o sembrar honradez en tierras tan viciadas. Es tarea imposible vaciar los corazones de tantos insaciables o injertarles franqueza donde llevan la aorta o pedirles que corten sus corrompidas garras.
Nada es lo que esperábamos que fuera. Yo que era amigo íntimo del cardo y de la higuera, vecino de los prados y de los eucaliptos, que jamás nos traicionan ni nos mienten ni fallan; yo que apreciaba tanto a los escarabajos y al pobre que venía de lejos, con su nobleza a cuestas, y comía en mi casa... Ahora estoy rodeado de astutos malhechores, de insultantes gerentes y banqueros de risa y héroes de un día y jueces inmorales y oficiales piltrafa. Y quisiera mudarme de estación y actitud y convertirme en ley infranqueable y fría o en emoción o en fiebre de amor obligatoria y parecerme más al maíz y al azúcar y rebajar los tragos amargos,tan frecuentes, o gritar con los gritos allá donde haga falta. Me gustaría atajar tanto lujo y embrollo, zanjar tanto despojo y empezar a quemar la ambición que nos reta, los trajes que nos sobran o emplearlos en piel para las lagartijas o en uniforme obrero para el que no madruga o en músculo contento para el que no sonríe o en poema que abrace como alguien muy cercano o en pretexto de flor o en templanza de máscara.
Me haría falta un verso que borrara la luz para aceptar que es todo tan oscuro. O que alguien muy explícito hablara igual que cuando estamos sentados, a la mesa, con vocablos modestos como sopa muy grata. Pero nadie es capaz de mostrarse por dentro. Nadie confiesa el crimen. Nadie se reconoce causante del delito, tramador de la trampa. O estamos ciegos todos o a mí país, yo creo, le han sacado los ojos. Y a muchos de nosotros, inocentes humanos,nos humillan, nos obvian, nos evitan, nos vetan, nos carcomen y embaucan.
Para las patatas con congrio, necesitamos:


  • un kilo de patatas
  • un trozo de congrio que incluya la cabeza, troceado
  • medio kilo de anillas de calamar
  • 3 dientes de ajo
  • 2 puerros, la parte blanca
  • un manojo de perejil
  • una hoja de laurel
  • un paquete de azafrán en hebra tostado
  • un vaso de sidra
  • agua
  • aceite de oliva
  • sal

Elaboración:
Picamos en la picadora o en un robot los puerros, el perejil y el ajo y doramos el conjunto en un chorrín de aceite de oliva y sal, unos 10 minutos a fuego suave para que no se queme. Añadimos las patatas troceadas y las rehogamos unos minutos, añadimos  la hoja de laurel. A continuación ponemos la sidra y le damos un hervor. Añadimos el agua hirviendo, de manera que cubra todo, esperamos que vuelva a hervir y echamos el azafrán.
Dejamos hacerse despacio hasta que las patatas estén casi cocidas, momento en el que introducimos el pescado y las anillas de calamar. Mantenemos la cocción hasta que las patatas estén blandas, el pescado en unos minutos se hace. Tapamos la pota y esperamos un cuarto de hora antes de servir para que los sabores sean más intensos.
Y a disfrutar del mar en el plato.
¡¡¡Que vos preste!!!