Para nosotros los españoles es un plato de referencia y fuera de nuestra tierra se la conoce bien. Pero no hay dos tortillas iguales. Cada cocina le da su punto. En nuestra casa nos gusta con mucha cebolla, de ahí que quede siempre un poco doradita por el exterior, pero muy jugosa. Recién hecha, calentina nos presta mucho, pero al día siguiente lo que sobra es motivo de disputa...
Nunca tapes la tortilla caliente. |
- 1 kilo de patatas
- 3 cebollas
- aceite de oliva
- sal
- en esta ocasión no le puse ajo, pero si os gusta, ponerlo
- 8 huevos
Ésta si lleva ajo |
Pelamos y picamos las patatas en escamas no muy gruesas. Las dejamos una media hora entre agua.
Quitamos las capas exteriores a las cebollas y las picamos menuditas.
En una sartén amplia ponemos a calentar abundante aceite de oliva y cuando esté caliente escurrimos las patatas y les añadimos la cebolla con la sal, las mezclamos bien y las sumergimos en el aceite.
Dejamos que vuelva a hervir el conjunto para bajar el fuego y esperamos que se vaya haciendo muy despacio. Suelo tapar la sartén con una tapa, así me quedan blanditas.
Una vez que se hagan, las escurrimos bien del aceite.
Batimos en un bol los huevos y cuando las patatas estén templadas las añadimos y mezclamos bien.
Ponemos en una sartén nueva un poco de aceite a calentar y, bien caliente, echamos la mezcla de huevos y patatas, separamos del fuego del fuego, bajamos la temperatura al mínimo y volvemos a ponerla en el fuego, de manera que se nos vaya haciendo suavemente unos cinco minutos.
Pasados estos, con ayuda de una tapa plana, forrada de papel de aluminio húmedo, le damos vuelta con cuidado de que no se nos rompa y la volvemos a poner en la sartén por el otro lado, presionando alrededor de su perímetro con una espátula, para ayudar a que nos quede redondeada.
Dejamos otros cinco minutos .
Volcamos donde la vayamos a servir.
Un paso a paso
¡QUE APROVECHE!
El mejor bocadillo: un buen trozo de pan de pueblo con tortilla. |