Con menos calabazón quedan más esponjosas. |
Dedicada a todas las ANA que lean estas palabras
El aceite no puede estar demasiado caliente, por fuera nos quemarían sin freír por dentro. |
NECESITAMOS
- 250 gramos de calabaza cocida y bien escurrida
- 75 gramos de azúcar
- 150 gramos de harina
- una cucharadina de levadura tipo Royal
- 2 huevos
- 25 gramos de aceite de oliva
- rallo de medio limón
- aceite de oliva
- azúcar y canela para espolvorear
Si la canela no gusta, con azúcar están estupendas. |
Para preparar el calabazón se le quitan la piel y los hilos y semillas del interior y se pica en cachinos.
Se pone en una cazuela con un poco de agua en el fondo. Una vez que empiece a cocer va soltando agua. Removemos de vez en cuando.
Lo apartamos del fuego en el momento en el que empiece a deshacerse y lo ponemos en un escurridor, apretándolo por arriba con un plato, para ayudar a que se desprenda mejor el agua. Reservamos hasta que se enfríe.
Mezclamos bien los huevos con el calabazón, el rallo de limón y el aceite.
Tamizamos la harina con la levadura y lo echamos a la mezcla del calabazón.
Nos queda una masa cremosa.
Ponemos abundante aceite a calentar.
Cuando esté bien caliente, vamos echando la masa cogiendo un poco con una lengua y empujando con otra hacia el aceite. Así no quedan muy gruesos y se fríen bien por dentro.
Las vamos colocando sobre papel de cocina y espolvoreando con canela y azúcar al gusto.
Esperamos a que se enfríen.
Quedan con un bonito color en su interior. Llevan poco azúcar en el interior para que no se pongan oscuras al freir. |
¡BUEN PROVECHO!