mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

miércoles, 24 de agosto de 2011

ROSQUILLES DE SAN BARTUELO

Las rosquillas de la niñez.
Hoy,24 de agosto, es día de San Bartuelo en la parroquia del cabo de Peñas, Viodo. Recuerdo de niña ver pasar desde casa a multitud de romeros que visitaban la iglesia para rezarle al santo Apóstol y después, comer en el prao de la romería la tortilla y la empanada... Mucha gente. La iglesia se llenaba hasta abarrotarse a todas las horas del día festivo.  Y en el' prao' no os podéis imaginar la cantidad de familias que se agrupaban compartiendo lo que llevaban, regado todo de fresca sidrina. Las altavoces tocando y, por la noche, a bailar o a escuchar nuestro cante de tonada asturiana.


Nos reuníamos en casa de los abuelos de mi madre y éramos un montón, en aquella cocina de mesa larguísima, que a los ojos de nuestra niñez parecía gigante. Se tiraba la casa por la ventana a la hora de preparar la comida: potas con sopa de pita y sus menudos, patatines guisades con conejo, arroz con pollo y leche presa, así como rosquillas para los chiquillos. Pero lo de menos era la comida, lo importante: la compañía serena de primos, tíos, amigos y conocidos que nos juntábamos para la celebración.

¡Qué añoranza me invade cuando siento elevarse los voladores y su explosión de fiesta! Hoy ya nada es igual, los festejos  no se celebran con el rigor ni la ilusión de entonces. Los jóvenes tienen otras vías de diversión y los de antes, o envejecemos o ya no están... ¡No quiero ponerme ñoña!

Os dejo la receta de les rosquilles. Vale la pena hacerlas, son tremendamente fáciles y muy ricas.
Las hacían con una taza y un pocillo. También con un pocillo y un dedal. 

Y LO MEJOR:¡¡¡¡ APENAS SE EMPAPAN DE ACEITE!!!!

NECESITAMOS

Con esta cantidad salen unas 50 rosquillas de 6 centímetros de diámetro. Suelo preparar la cantidad completa, divido la masa en tres y congelo dos, por separado. Las descongelas en el momento que las necesitas, en el programa de descongelación del micro y amasas un poco y lista para darle forma.
  • 1 vaso de aceite de girasol
  • 1 vaso de moscatel
  • 3 vasos de azúcar
  • un chorrín de anís dulce
  • el rallo de dos limones
  • 6 huevos pequeños
  • 2 sobres de levadura tipo Royal
  • la harina  de repostería que nos lleve para tener una masa que se pueda manipular , tipo masa de empanada, aproximadamente un kilo y medio
  • azúcar glass para espolvorear
Cuentan que lleva encadenado un diablo al que venció el Santo... ¡¡¡A ver si resisto la tentación de comerme un montón!!!

ELABORACIÓN

Ponemos en un bol los huevos con el azúcar y lo batimos bien.

Añadimos el moscatel y el anís y seguimos batiendo.


Incorporamos poco a poco el aceite.

Mezclamos la levadura en medio kilo de harina y la tamizamos.

Añadimos el rallo de limón y poco a poco la harina tamizada.

Tamizamos otro medio kilo y le vamos añadiendo harina a la vez que amasamos, hasta que nos quede una masa firme y elástica. Tamizamos más harina si fuese necesario

La extendemos con el rollo hasta dejarla de un centímetro y medio de grosor.

Con un cortapastas de donuts, o dos redondos de diferente diámetro, hacemos las rosquillas., sobre una superficie enharinada.

Calentamos en la freidora o un cazo alto, abundante aceite de girasol, la suficiente para que las rosquillas se sumerjan y floten en ella a medida que se fríen. Lo calentamos sin que llegue a alcanzar mucha temperatura, para que se hagan bien por dento.

Vamos  colocándolas a medida que se frían sobre papel de cocina, para eliminar el exceso de aceite.

Una vez bien frías, se cubren con el azúcar glass.
A las pequeñinas no les pongo azúcar glass


Los restos de masa del interior de las rosquillas los aprovecho para hacer una especie de galletinas, aplastándolas con un tenedor y friéndolas .
Quedan crujientes y muy ricas.


¡QUE VOS PRESTEN UN MONTÓN!