mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

miércoles, 10 de agosto de 2011

SALSA DE TOMATE EN CONSERVA

Una salsa muy rica y fácil.
Mi vecino José es un excelente horticultor. Se le da muy bien todo lo relacionado con el huerto. Mima sus plantinas y las cuida con tanto esmero que así le va. Siempre me está regalando. Y cuando no tiene frutos, flores para mi madre. Le estoy muy agradecida, a los dos, a él y a su mujer Luisa. Pues en esta ocasión tomates, pero ¡vaya tomates! Os muestro en la foto uno de ellos que da fe de los demás. Dice que alguno es de semillas que va rotando desde hace más de 30 años! Ya tienen historia! Hice salsa de tomate. A ver si os gusta mi método. La receta me la dio una señora que vivió en Norteamérica muchos años y me contó que hacian la salsina de esta manera.


NECESITAMOS

Para 1 kilo de tomates (3-4 tarros)
  • 1 kilo de tomates
  • 2 cucharadas rasas de ajo en polvo
  • el zumo de medio limón
  • 4 cucharadas de aceite de oliva
Este tomate pesaba 430 gramos, dice José, como os comentaba arriba, que pertenece a una semilla que va conservando año a año desde hace más de 30, ¡¡¡casi nada!!!


ELABORACIÓN

Lavamos bien los tomates y les quitamos el tallo y la parte de la piel de alrededor.

Los cortamos en cuatro trozos y los vamos colocando en una olla alta, porque espuman bastante.

Los ponemos al fuego y tenemos cuidado  que no se peguen al fondo. Removemos.

Cuando lleve unos 10 minutos cociendo, le quitamos el líquido que los cubre, casi todo es agua, hasta dejarles la misma altura de pulpa que de caldo.

Les ponemos el ajo y el aceite y dejamos al fuego, removiendo, otros 15 minutos.

Los pasamos por el pasapurés, y le añadimos el zumo de limón. Removemos bien.

Hervimos 10 minutos los frascos de cristal, para esterilizarlos y, aún calientes, los llenamos con la salsa, hasta arriba, pero sin que toque el interior de la tapa al cerrarlos.

Los cerramos bien, primero enroscamos hacia el lado contrario para encajar bien la tapa y seguidamente enroscamos cerrando fuerte. Los colocamos en una cazuela amplia, con el agua a la temperatura de los frascos llenos. Cuidado no ponerla más caliente, estallarían los tarros. Los cubrimos totalmente de agua.

Si no cubren toda la base de la olla, los forramos con paños de cocina, evitaremos que al cocer y moverse choquen entre si y se rompan.

Dejamos que hiervan media hora y pasada esta ponemos la olla bajo el chorro de agua fría de manera que el agua no entre en contacto con el vidrio. Empezamos poniendo el agua en hilo fino y vamos aumentando el caudal a medida que se vaya enfriando el agua de la cocción. Dejamos hasta que se enfrien completamente.

Hecho esto, se consevan durante más de un año, en un lugar seco, fresco y oscuro.
Cómo podéis comprobar, los buenos amigos me llenan la despensa. Por cierto, observo en la foto que da la impresión de que los azulejos no están muy limpios, jejeje, pero son así, escachados en plan rústico, no vayáis a pensar...

¡¡¡QUE OS SALGA BIEN!!!