mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

domingo, 26 de febrero de 2012

ENSALADA DE AVE

Exquisita, con la salsa rosa.
Vamos a ver si bajamos un poco los excesos de estos fríos carnavales tomando una rica y nutritiva ensaladina. Muchas veces cuando preparo ensalada y lavo la lechuga, me acuerdo de una anécdota que nos marcó y mucho. Cuando éramos pequeños en nuestra casa pocas veces teníamos lechugas en el huerto. Bueno sí, en verano, pero el resto de los meses no se plantaban.
Pero una señorina que vivía en otra zona del pueblo solía cultivarlas en una especie de invernadero que tenía montado. Mamá nos daba dinero los domingos para pasar por su casa y comprar un par de ellas. Para nosotros era un lujo. Nos encantaba. Nos la ponía en la mesa para acompañar a los garbanzos, cocido que acostumbraba preparar ese día. Bueno, pues como niños pequeños que éramos hacíamos la siguiente chiquillada: contábamos las hojas que comía cada uno para `compartirla´ por igual... Sin comentarios, ¿eh? Un domingo la armamos buena. No se quién empezó la discusión, pero comenzamos a disputar la ensalada echándonos en cara que uno de los dos comía más que el otro. La liamos y la liamos de tal  manera que mamá cogió la lechuga y la tiró directa a las gallinas. Callamos de inmediato, nos asomamos para ver lo que les estaba prestando a las probinas nuestro manjar. Miramos uno para otro con cara de pena y de preguntarnos lo que habíamos hecho... JAMÁS en la vida disputamos nada, jamás. ¡Qué sabias son las madres!

Un poema de A. G. Ovies
Si fuéramos chiquillos,
te preguntaría
por qué letra empieza tu tristeza.


Pensé que no me gustaría con el perejil y la verdad es que queda muy bien.

NECESITAMOS
  • 1 pechuga de pollo
  • 2 manzanas reineta
  • dos plátanos
  • 2 naranjas
  • 1 lechuga
  • perejil picado
  • salsa rosa
ELABORACIÓN

Cocemos la pechuga en abundante agua hirviendo salada, con una cebolla, una zanahoria y unas ramas de perejil.

La dejamos cocer unos 10 minutos.

La escurrimos bien y esperamos a que se enfríe.

La picamos en dados.

Lavamos y picamos en juliana finina la lechuga.

Pelamos y cortamos en dados las manzanas.

Hacemos lo mismo, pero en rodajas con el plátano.

Pelamos las naranjas y le quitamos las pieles también a los gajos. Para ello, cortamos bien la piel de las naranjas de manera que nos quede la pulpa libre de piel por el exterior. Pasamos el corte del cuchillo entre gajo y gajo, para que nos vayan quedando los gajos bien limpios.

Montamos la ensalada, colocamos en el centro de una fuente la lechuga y la rodeamos de rodajas de plátano y naranja, a nuestro gusto. Colocamos por arriba,  los trozos de pechuga y manzana.

Salpicamos con el perejil bien picado y acompañamos con la salsa rosa.
La salsa rosa que sobra la podemos emplear en un pescado o simplemente con unas patatas cocidas.

Para preparar la salsa rosa

Necesitamos
  • 200 gramos de mayonesa
  • 3 cucharadas de ketchup
  • 2 cucharadas de mostaza
  • 2 cucharadas de ron
  • una cucharadita de salsa perrins
  • una cucharadita de tabasco
  • un toque de pimienta
Mezclamos todos los ingredientes.
Un buen plato para una cena ligera.

¡¡¡Que vos aproveche!!!