mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

viernes, 9 de marzo de 2012

CANGREJO Y FESTIVAL DEL ORICIO



Divertida manera de comernos un bollo.
Una explosión de sabor a  mar en la boca.
Sigo con las recetas del curso. Hoy os propongo otra manera de emplear la masa de bollería hojaldrada. Una forma divertida, que se puede rellenar de crema y, seguro, será muy atractiva para los peques de la casa.


Crudos, cocidos, en empanadas, tortillas o acompañado platos, están muy ricos.
Belén, nos propone unas buenas maneras de degustarlos, si visitáis su cocina, os enamorará.
También os recomiendo una cita gastronómica: El festival del oricio de Bañugues. Desde hace más de 20 años, se viene realizando con éxito. Disponen de una carpa enorme donde poder comer con comodidad esta delicia del mar.
Llevaban  paxinas con 8 docenas de oricios, en cada mano y en la goxa  más. ¡Probines!

A nuestras tías Nieves y Reme, además de gustarles mucho ir a por ellos al pedréu, tarea bastante ruda, porque había que caminar varios kilómetros y después bajar unas ribas prolongadas y escabrosas, hasta llegar a la puesta donde los había. Llevaban un gancho parecido a los de atizar la cocina y con él los sacaban de las cuevas donde estaban anclados. Se llenaban los dedos de pinchos. y todo ésto había que hacerlo en las pocas horas que dura la marea baja... Luego tocaba desandar lo caminado. Cuesta arriba, con las goxas en la cabeza, y el salitre cayéndoles por los hombros. Una vez en casa, escogerlos por tamaños, ponerlos en paxas y venga, con una goxa colocada sobre un rodillo (llamaban así a un trapo enrollado en forma de corona que se ponían en la cabeza para que no les hiciese daño la goxa o el caldero) en la cabeza y una paxa en cada mano, camino de Luanco, a vender... Siempre recordando...:

Como a un cuarto
bendito con alcohol de romero,
entro de tarde en tarde
en mi memoria.
El crucifijo quieto, el cable
de la luz, la pera, la mesita...
Me tumbo. Si pudiera escribir
este silencio,
podría entender la vida.
(De A.G.O., La habitación de arriba)

Mi admiración para ellas, in memoriam. Aún viven, y por muchos años, Mari Sol y Clarina, testigos de mis palabras y compañeras de fatiga en aquellas faenas, donde a la vez que sacaban unos duros se reían y lo pasaban bien. Clarina nos podría contar mil anécdotas, es un pozo sin fondo, simpática a más no poder.

Se aprecia lo hojaldrada que queda la masa
Para los cangrejos necesitamos

Elaboración


Se prepara una masa hojaldrada, se estira.
Se cortan cuadrados de 8 centímetros de lado.
Colocamos en el centro un poco de crema pastelera y pincelamos con huevo los  bordes.

Plegamos, cuadrando bien los bordes.

Y presionamos para que se peguen las capas al huevo.
Se van haciendo los cortes:





Se dejan levar sobre papel en placa de horno, como anterior bollería. Se pincela suavemente con huevo batido,  y se cuece en horno precalentado a 200º, 10 - 12 minutos. En caliente, se pincelan con la mezcla de leche con azúcar, también caliente, para darles brillo.
Y tenemos nuestro rico cangrejo, para una buena merienda. Se le ponen unos ojinos con almendra y queda muy guapo, pero con las prisas, no se lo puse.

¡QUE VOS PRESTEN!