mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

domingo, 10 de junio de 2012

PUMARIEGA


Un pastel de lo más exquisito.
Hoy llego con una tartina asturiana de las más ricas. También bastante calórica,  así que no se debe abusar mucho, pero de vez en cuando presta un montón saborearla. Resulta muy fácil, solamente hay que cocerla muy despacío para que suba y quede bien por el interior. No lleva levaduras y la textura que tiene es parecida al relleno de los cubiletes que, por cierto, ya publicaré la receta, ya que están también muy ricos para tomar con un cafetín, en buena compañía.
Esta tarta la probé por primera vez cuando mi amiga  Anun -quien de nuevo me proporcionó la receta- hizo el curso, en el año 2004. Parece mentira, siendo asturiana y tan llambiona que no la conociera, je.

Es de las que una vez que la prueba, repites, seguro. Sobre todo si os gustan las tartas y pasteles de almendra.

Otro poema...


Como otra tarde más
caída
de los dominios
de la costumbre, 
habito aquí,
bajo este sol
que ya se apaga,
el canto de algún pájaro
a lo lejos,
y un poco de jazmín
en la solapa
de la habitual melancolía.
Aquí, 
siempre
la noche
y esos negros caballos
sospechosos
que beben en mi ser
tan mansamente,
pero no tornarán
a la sed que me dejan.

Necesitamos

Para un molde cuadrado de 22 centímetros aproximadamente (yo hice la mitad en el molde pequeño de mantecado de Avilés)
  • 250 gramos de almendra molida
  • 250 gramos de azúcar
  • 4 huevos
  • 4 galletas María
  • oblea para forrar el molde


Elaboración

Forramos un molde, preferentemente cuadrado con oblea, por que se pega bastante y engrasamos bien por los lados. En un cuenco ponemos la almendra, las galletas bien trituradas, los huevos y el azúcar. Batimos hasta que se mezcle todo bien. Precalentamos el horno a 130º, con aire. En esta ocasión, hice la cocción en un hornín pequeño, de sobremesa. Supongo que sin aire cueza de igual manera. Cuando el horno esté a esa temperatura, echamos la mezcla en el molde.Lo  ponemos a cocer.
El éxito de este pastel está en que vaya subiendo poco a poco y quede bien cocido por el interior. Tiene que quedar esponjoso y húmedo a la vez. Ésto se consigue dejando que se cueza despacio, sin prisas, hasta que adquiera un bonito color dorado por la superficie y `rompa´. Tardó una hora y 10 minutos. Pero cada horno funciona a su manera, es un apunte. Par ver si está cocido, pinchamos y tiene que salir la aguja completamente seca. (Como siempre pinchaba mis bizcochos con un palillo de brocheta, una buena amiguina que lo observó, me regaló uno metálico. Gracies, guapina).
Dejamos que se temple dentro del molde, sobre rejilla. Desmoldamos dando un suave golpe por abajo y volvemos a dejar enfriar, completamente sobre rejilla. Presentamos.

Se corta en cuadradinos para servir. Está muy rica, pero llena bastante, así que las raciones tienen que ser pequeñinas. (Bueno, hay quien se zampa la mitad de una sentada, je)

¡¡¡¡¡ QUE VOS PRESTE !!!!!

Y aprovecho para darle las gracias a mi querida y `dulce´ amiga Almudena, quien de nuevo se acordó de mí para otorgarme este bonito premio. Ya sé que la conocéis, está de trabajadora, jeje!!!! Me alegro mucho de todos sus éxitos, se los merece y con mucho. Miles de besinos, amiguina. Me encantan tus galletas, piruletas, gominolas y demás chucherías ricas que haces

Aquí os lo dejo, llevad una parte, es para compartir con todos vosotros.