mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

miércoles, 31 de octubre de 2012

HUESINOS DE SANTO

Ideales para mojar en chocolate
Ya están aquí estas fechas tan tristes. Al menos a mí así me lo parecen. Sé que a las personas que ya están en su estrella las añoramos todos los días del año, pero estos días me llevan a extrañarlas aún más... Cementerios cargados de flores, sepulturas pintadas, limpias, y personas rindiendo homenaje a sus seres queridos ocupan las horas de este empezar de noviembre. Nuestra tía nos contaba lo que hacían antaño: se pasaban la noche alumbrando a los suyos, turnándose con el farol y los rezos. Miles de oraciones recitadas con fe para honrar su memoria.

Las reuniones familiares venían a la par. La casa se llenaba de parientes, hermanos, primos y amigos para compartir un chocolate caliente. Y mamá nos preparaba estos huesinos. Una fuente bien llena, para no quedarse escasa. Con bien pocos ingredientes, con los que solía haber en todas las casas. La receta, de su libro único de cocina, del que le regalaron cuando se casó: Cocina selecta de Carmen.
Hoy la comparto con vosotros.
Cocina Selecta, Carmen, quinta edición, Oviedo 1959


De A. G. Ovies
LUZ OVIES QUIRÓS, RESPONSO

l

(L.O.Q. 1960)

Que estés en el cielo mejor que en la tierra, 

rodeada de luz y jardines amplios 

y un balcón de nubes desde donde puedas asomarte y 

vernos.

 Ojalá así sea. 


Que sigas soñando, si soñáis los muertos,

 con que llegue el día de que estemos juntos,

 como tú decías, muy tarde, muy tarde,

 pero para siempre, para nunca más ser ya separados. 

Ojalá así sea. 


Y que mientras tanto, mientras nos esperas,

 seas silbo o hálito o pétalo mismo,

 halles la salud que no disfrutaste.

Ojalá así sea.


Que estés donde estés,

 con todo lo tuyo, cenizas o huesos,

 o halo de alma,

 sientas el descanso y la paz eterna.

 Y encuentres espacios 

en los que te inunden briznas de ternura,

 ráfagas de amor, bálsamo de hijos.

 Ojalá así sea.


 Que todo conozca, 

sea fuego o aire, ilusión o atmósfera,

 tu benevolencia 

y ocupes el ángulo que me señalabas en noches oscuras:

 "mira, mira aquella estrella". 

Cuántas veces salgo a la noche oscura,

 cuántas noches miro su oscura presencia, 

cuántas días percibo un fulgor distinto. 

Y es porque te siento,

 porque me titilas desde el firmamento.

 Eso es lo que creo y lo que me sustenta. 

Ojalá así sea.


Que hayas abrazado,

 seas lo que seas,

 esencia de humo, fracción de paisaje,

 a todos los tuyos que se fueron antes,

 a tu tierna madre, a tu padre joven,

 a tu hermano único, a tus tías guardianas.

 Ojalá así sea.


 Y que hayáis hablado,

 seáis soplo o lluvia o danza muy leve

 de la grácil nieve,

 del porvenir todo que no fue posible, 

de todas las décadas que quedaron huérfanas.

 Y que estéis unidos,

 seáis frío o éter

, y no conozcáis zonas infelices.

 Y observéis las vigas de la casa antigua,

 apoyando olvidos y nombres ausentes.

 Ojalá así sea.


Ojalá así sea, Luz de mi camino,

 y no haya en tu entorno más que cielo limpio, 

superficie blanda, infinitud frágil donde te permitan,

 seas lo que fueres, rocío o neblina,

 seguir cultivando tu corazón manso,

 tus setos de hortensias.

 Coger los pomelos que ya estén maduros. 

Podar los rosales que dejaste a medias.

 Ojalá así sea.


Por aquí las cosas no han cambiado a penas, 

y la vida sigue más vacía sin ti.

 Bueno, han crecido un poco el magnolio, el tejo,

 y están muy altas todas las camelias.

 Lo sabes. 

Sospecho que bajas, riegas los recuerdos y nos merodeas.

 Ojalá así sea.


(La Nueva España, 27 de octubre de 2010)

Salen unos 24.

Para los huesinos, necesitamos
  • 2 cucharadas de aceite
  • 1 cucharada de anís
  • 2 huevos
  • 200 gramos de azúcar
  • 350 gramos de harina
  • media cucharadina de café de levadura tipo Royal
  • azúcar glas para decorar
Elaboración
Mezclamos el aceite con el anís. Añadimos los huevos batidos con el azúcar. Le vamos poniendo la harina con la levadura incorporada y amasamos.

Hasta formar una masa que no se pegue a los dedos. Puede necesitar más harina, depende del tamaño de los huevos. Porcionamos en bolinas del tamaño de una nuez. Formamos unos rulos de unos 5 centímetros de largo y del grosor de un dedo y les damos un corte de un centímetro en los extremos.
Freímos en aceite a temperatura media, para que se hagan bien por dentro. Los vamos colocando sobre papel de cocina y una vez fríos, los cubrimos con azúcar glas.


Servimos, se comen de tres en tres, jeje.
Quedan crujientes por afuera y abizcochados en el interior.

Feliz puente y que vos aproveche.