mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

jueves, 6 de diciembre de 2012

LLÁMPARES Y COMPOTA, AL ESTILO DE MÁXIMA JUACO

Fáciles y ricas.
Hoy dos recetas que hacía mi vecina Máxima.  Mi madre siempre decía que les llámpares (lapas) le quedaban muy ricas. Le encantaba ir al pedrero a coger todo lo que le saliese al paso. Siempre regresaba con algún pulpo, unas cuantas andaricas y llámpares. Solía ir con Covadonda, otra vecina aficionada a la mar. Las dos trabajaron muy duro desde pequeñas. Máxima se quedó sin madre con pocos años y siendo apenas una joven adolescente se marchó a `servir a un amo´, como se decía por aquí. En Oviedo pasó  mucho tiempo y la sorprendió allí la contienda del 36. Pudo venir de nuevo al pueblo, caminando, junto a otra joven que también se escapó con ella.
Covadonga enviudó también muy pronto y sacó a su familia adelante gracias al esforzado trabajo del lavado del carbón, en la mina de Llumeres y cuando terminaba la faena, trabajaba la tierra. En esos tiempos  ya sabemos todos lo fatigoso que resultaba, todas las tareas se hacían a mano. La recuerdo siempre de camino con el burro y las parihuelas...
También me gustaría citar a Consuelo, que, como Covadonga, fue otra viuda de guerra, veinteañera, y también trabajó duramente en la mina.
 Las tres se llevaban muy bien, siendo ya ancianas.

Bueno, pues para preparar les llámpares al estilo Máxima, necesitaba una planta aromática que por aquí llamamos nielda y que desprende un aroma parecido al de la hierba buena. Mi vecina solía tenerla bajo una higuera, según refiere su hijo,  pero parece que el tiempo y el no saber de su existencia, acabaron con ella. Se lo comenté a la hija de Covadonga, mi vecina Ana Mari, y en un par de días consiguió la planta. Desde aquí le doy las gracias, de no ser por ella, no podría hacer la receta.

También me indicó el hijo de Máxima, que por Navidad, preparaba una compota muy sencillina y que les gustaba mucho. Pues nada, también la hice y con las dos recetas, le rindo, desde esta cocina, mi homenaje. Seguro que desde su estrella, leerá todo lo escrito, como se leía el periódico diariamente, de principio a fin. Apenas fue a la escuela, pero su afán, la llevó a aprender a leer poco a poco, por su cuenta.  Me encantaría decirle, desde aquí, que no conocí jamás, persona con tanta memoria.
Descansen en paz las tres.
Para rematar una buena comida o cena.

Máxima Juaco, años 30-40, del pasado siglo.
Un poema de A. G. Ovies.


Última página



(AGO. Invierno. Febrero de 2012)


Yo no sé por qué se muere en todo.


Pudiera ser quizá que la belleza


no nos parece hermosa más que un día.





Para les llámpares, necesitamos:

  • 1 kilo de llámpares
  • tres dientes de ajo
  • un manojo de perejil
  • una cebolla
  • un chorizo picado en trocinos pequeños
  • 200 gramos de jamón serrano picado en trocinos pequeños
  • un vaso de vino blanco o rosado
  • una cucharada de pimentón picante
  • unas raminas de nielda
  • aceite de oliva
Preparación:

Ponemos les llámpares a remojar entre agua fría y sal, les cambiamos el agua un par de veces. Así las libramos de posible arena.  Las escurrimos bien y las refrescamos un poco con agua fría. Las colocamos en una pota y las tapamos. Ponemos al fuego fuerte y cuando empiecen a desprenderse de las cáscaras, apartamos del fuego, manteniendo la tapa  puesta.

Las escojemos, descartamos las cáscaras que tengan algas pegadas y las que sean muy grandes. Reservamos el caldo que se obtiene al cocerlas. En una sartén ponemos el ajo y el perejil,bien picado, con un poco de aceite y hacemos un sofrito.

 Añadimos la cebolla y dejamos que se haga bien el conjunto. Ponemos el jamón y el chorizo bien picadín y dejamos que se hagan.

Una vez que el chorizo y el jamón están dorados, ponemos el pimentón, removemos y añadimos el vino. Esperamos hasta que no huela a alcohol. Añadimos les llámpares que teníamos reservadas, con las cáscaras, incorporamos el caldo resultante de su cocción, la nielda y las dejamos unos minutos al fuego. Muy poco, para que no endurezcan. Os dejo una imagen de la nielda.

Al tiempo que ponemos les llámpares, incorporamos las raminas de nielda.
Servimos muy calientes.
Para la compota, necesitamos:




  • medio kilo de manzanas reineta, que están firmes
  • medio kilo de pera
  • un vaso de vino blanco o moscatel
  • una rama de canela
  • la piel sin lo blanco de medio limón
  • 300 gramos de azúcar
Elaboración:
Pelamos las peras y las manzanas y las dejamos en cuartos. Las ponemos en una pota, añadimos el vino, el azúcar, la canela y la piel del limón. Cubrimos con agua fría. Cuando empiece a hervir, espumamos.

Dejamos cocer a fuego muy lento, hasta que la manzana y la pera están bien cocidas y el líquido se convierta en un almíbar de bonito color tostado.
Dejamos enfriar y servimos a temperatura ambiente.Podemos espolvorear con canela.


¡¡¡¡ A ver si vos presta!!!!