mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

sábado, 1 de febrero de 2014

BOLLINES DE LA GÜELINA GLORIA, con chocolate (Muy fáciles)


Para Gloria, la del Molín, de Arlós.
Hoy, desde cualquier rincón de mi casa, siento cómo braman las olas. El mismo rumor, los mismos lamentos, desde hace días... Un verdadero espectáculo. Cuando el Cantábrico muestra su bravura sobre la costa, es poderoso, incontenible, enorme. Pero me identifico con él, siento que pertenezco a su mundo o bien que forma parte del mío...
Hace frío, y tan  pronto llueve, graniza o sale un engañoso sol. Invita a tomar un chocolate calentín con una 'llambionada', así que  me parecen oportunas estas 'bollinas' muy fáciles que,  hace un tiempo, compartí gustosamente con la güelina Gloria y su familia. La güelina ya no está, pero quiero desde mi cocina recordar su receta y, así, rendirle un cariñoso homenaje. Va para ti, Gloria, la del Molín, la de Arlós, güelina buena donde las haya, que descansa en su rincón soleado, lleno de Luz y Paz. In memoriam.


Un poema de A. G. Ovies, recogido en Nadie responde, colección Esquio de poesía, Ferrol, 1996
(A Chusa, por su esperanza)
De qué nos sirve entonces
la memoria
si no tenemos fe ni percibimos
que hay algo por encima 
de nosotros
que nos lleva a soñar
lo inalcanzable.
Otra edad llegará
que nos despierte
y nos haga llorar
sobre el vacío, 
nos asome a su invierno
y a sus noches
de estrellas más lejanas
que el recuerdo.
De qué me vale entonces
esta voz
que nombra a veces
cosas tan queridas
y ahoga a veces
tragos tan amargos.
De qué tanta pasión
por habitar mi ser,
encontrar el silencio,
compartir ese eterno
momento en que la mar
parece que nos habla.
De qué sino para esperar
que en todo hay esperanza.
Foto del temporal, gentileza de José Ángel Charo

Para les bollines, necesitamos (salen muchas, yo congelo la mitad de la masa y está estupenda):
Con la mitad de la masa me salieron 30 bollinas

  • 3 huevos
  • 1 taza de aceite ( media de oliva y media de girasol)
  • 1 taza de leche
  • rallo de 1 limón
  • un chorro, generoso,  de anís
  • 3 cucharadas soperas colmadas de azúcar
  • 1 paquete y medio de levadura tipo Royal
  • harina común,  tamizada 
  • aceite para freír, la piel de medio limón y azúcar para espolvorear.

Para el chocolate, necesitamos (8 raciones):
  • 1 tableta de chocolate para cocer de 300 gramos
  • 1 litro y medio de leche
  • un cuarto litro de agua

Elaboración:

En un bol, ponemos los huevos, el aceite, la leche, el rallo de limón,
el anís, el azúcar, un poco de harina tamizada y la levadura, también tamizada y mezclada con la harina. Amasamos  y vamos añadiendo la harina necesaria
hasta formar una masa elástica, pero que se desprenda de las paredes del bol. Va a depender de la calidad de la harina.
Una vez que tengamos la masa, cogemos bolas del tamaño de una nuez grande, las ponemos en la mesa de trabajo y las aplastamos con la palma de la mano.
Ponemos abundante aceite en una sartén honda o en un cazo y dejamos que se fría unas pieles de limón, sin lo blanco del interior. Las retiramos y en empezamos a freír las bollinas, el aceite tiene que estar poco caliente, para que se hagan por dentro y se doren por fuera. Las vamos poniendo en una fuente en la que espolvoreamos abundante azúcar en la base y sobre ellas, en caliente.
Ponemos en un cazo grande el chocolate troceado, añadimos agua y colocamos al fuego, removemos para que no se agarre al fondo. Una vez que esté completamente deshecho, añadimos la leche y sin dejar de mover, 
esperamos a que hierva, a poco fuego para que se haga lentamente. Ya tenemos nuestra merienda.
Estas son las bollinas que hizo Gloria.
Os aseguro que no os defraudarán, se hacen en un momentín y si las metemos en un recipiente hermético, aguantan unos tres días estupendas.

¡¡¡Abrigaros y que vos presten!!!