'Otru platín' con un toque marinero. Se puede preparar con fabes de la granja, las clásicas de la fabada asturiana. Este tipo de fabes por nuestra zona ni se conoce ni se cultiva mucho de momento, pero en los últimos años son muy populares en nuestra gastronomía. Hay que innovar que es lo mismo que experimentar: es como se aprende. Gracias a mi amiga Tere, que nos las regaló. Van por ella y los suyos.
Un texto de A. G. Ovies, publicado en La Nueva España
PUESTA AL DÍA, A. G. Ovies
Carta a los padres ausentes
Padres míos: aquí no cambia
nada, más que la luz del mar, la noche, el clima, el cielo o el mes o la
semana. Está un poco peor que cuando os marchasteis, por mucho que nos digan
que vamos hacia arriba, levantando cabeza, subiendo en estadísticas, superando
barreras. Es todo una patraña. Es todo una mentira disfrazada de azúcar como
cuando a los niños los complacen y arrullan con un cuento de hadas. Es una
argucia, todo. Porque nadie está a gusto con cómo nos dirigen. Nadie está
satisfecho ni de su día a día ni de su porvenir ni de cuanto le timan con
impuestos, recibos, diezmos y otras metáforas. Nadie encuentra salida a los
muchos problemas que invaden cada hogar ni a las muchas angustias con las que
dan de frente tan pronto se despiertan, nada más se levantan.
Aquí no cambia nada. Siguen
las calles llenas de indigentes que piden para un pan, una sopa. Y por
cualquier esquina suplicantes que escriben su penuria en cartones o en un trozo
de sábana. Siguen durmiendo cientos de miles de personas en cajeros y en
parques sin más abrigo encima que el rocío que baja a lavar las mañanas. Siguen
los niños huérfanos apilados en centros y los que los desean impedidos por
trámites y lucro y burocracias. Y sigue habiendo hambre, cuando afirman que somos
más ricos cada año. Y sigue la miseria produciendo patronos. Y siguen los
conflictos. Y siguen las matanzas.
No hay más que desazón en
muchos corazones, desahucios y embargos, opresión y amargura, negativas y
alarmas. No hay más que poderosos que se apropian del bien ajeno y limpio. No
hay más que iniquidad por parte de los que, igual que hacen la ley, manipulan
la trampa. Y despidos y quiebras, falaces reajustes, balances trastocados. Y
cada vez más jóvenes se van a otros países a infravalorarse. Y cada vez más
débiles recalan en las playas.
Aquí no cambió nada.
Continúa el obrero escalando el andamio. Y los desatendidos persistiendo en su
lucha. Y los abusadores engrosando su saca. Permanece el enfermo en su lista de
espera. Y algunos inocentes en la celda que ocupan en nombre de los tantos que
nos hunden y estafan. Es todo lo que existe, tal como lo dejasteis. Tan solo
brota, ahora, prematuro, el saúco. Y las tardes ya empiezan a oler a primavera;
y aunque llueva y la nieve persevere en las cumbres, son un poco más largas.
Para les verdines, necesitamos:
- 1 kilo de verdines
- 2 kilos de mejillones
- 1 kilo de langostinos
- 3 o 4 zanahorias
- 1 cebolla
- 1 cabeza de ajos
- un manojo de perejil
- 2 o 3 puerros
- 3 o 4 andaricas
- 1 vaso de buen vino
- aceite de oliva
- azafrán en hebra
- colorante
- sal
Elaboración:
Trituramos los restos de langostinos fritos, añadimos las verduras que teníamos reservadas de la cocción de les fabines y seguimos triturando. |
Cocemos a fuego lento unos 10 minutos, comprobamos la sal y dejamos reposar un poco antes de servir. |
Espero que os gusten, a nosotros nos encantaron. ¡¡¡Que vos presten!!! |