Tiene toda la apariencia de una tortilla hecha con huevos. |
El primer encargado de probarla fue mi sobrino. Él no sabe mentir y en lo que se refiere a comida, menos todavía. Al primer bocado ya me dijo que estaba buena y a medida que se la zampaba se relamía de gusto. Al final le dije que era de harina de garbanzo en lugar de huevo. Me miró con cara de intriga y me dijo"¡Qué bien, Tati, así engorda menos!"...¡¡¡ Probín, rica sí estaba, pero eso de que engorda menos...!!! Y esto es el principio, pues con la harina se pueden hacer muchas cosinas ricas que ya os iré contando. A ver qué os parece la tortilla en cuestión.
NECESITAMOS
La añadí el bonito porque a mi sobrino le gusta mucho. |
Para una tortilla de 20 centímetros de diámetro
- 1 patata mediana
- 1 cebolleta
- 1 diente de ajo
- 150 gramos de champiñones laminados
- medio calabacín pequeño.
- 2 cucharadas soperas apiladas de harina de garbanzo
- agua
- aceite de oliva
- sal
- 1 lata pequeña de bonito del norte en aceite de oliva, bien escurrido (su receta no la llevaba)
La dejamos dorar lo suficiente para que ligue bien por dentro. |
Pelamos y picamos en láminas finas la patata, la cebolleta y el calabacín.
Pelamos el ajo y lo picamos muy menudo.
Escurrimos bien los champiñones.
Ponemos aceite en una sartén y añadimos el ajo.
Calentamos y dejamos que se dore el ajo.
Incorporamos la patata, la cebolleta y el calabacín, salamos y dejamos pochar a fuego medio, hasta que esté el conjunto blando. Yo suelo tapar la sartén para que tenga el aspecto de cocido.
Escurrimos bien y mezclamos con los champiñones y el bonito, también bien escurrido.
En un cuenco, ponemos la harina de garbanzo y le añadimos agua, la necesaria para que al mezclarse bien con la harina, tenga la apariencia de huevo batido.
Unimos las verduras con la mezcla de harina y procedemos como si de una tortilla de patata normal se tratara.
Para ver la manera, pinchar en el enlace anterior.
Queda muy sabrosa. ¿Os animáis a prepararla? |